Según el estudio, los traumas se heredan. De padres a hijos y nietos hasta la tercera generación

Investigadores del Instituto de Investigación Cerebral de la Universidad de Zúrich han logrado identificar pequeñas fracciones de material genético llamadas microARN. Se trata de secuencias cortas, vehículos con los que se transmiten instrucciones para construir proteínas, pero que también preservan la memoria de sucesos traumáticos. Dejan cicatrices indelebles, marcas que se transmiten de generación en generación. Los traumas pueden ser hereditarios, miedos que pasan de padres a hijos. Y marcan vidas. Estas transmisiones genéticas se han estudiado en ratones, pero probablemente también afectan a los humanos. El proceso por el que los traumas pueden transmitirse hasta la tercera generación. El secreto de esta herencia reside en los microARN, moléculas genéticas que regulan el funcionamiento de células, órganos y tejidos. Los traumatismos alteran estos “directores moleculares”, y el defecto se transmite a la descendencia a través de los gametos. Un estudio de la Universidad de Zúrich, publicado en “Nature Neuroscience”, desentraña un mecanismo hasta ahora misterioso. Coordinados por Isabelle Mansuy, los investigadores del Instituto de Investigación del Cerebro han logrado identificar algunos componentes clave de este proceso, unas pequeñas fracciones de material genético llamadas microARN. Se trata de secuencias cortas, vehículos por los que se transmiten instrucciones para construir proteínas, pero que también almacenan la memoria de sucesos traumáticos. Hay enfermedades, como el trastorno bipolar, que se dan en familias a pesar de que no pueden atribuirse a un gen concreto”, recuerda Mansuy, profesor de la Escuela Politécnica Federal (Eth) y de la Universidad de Zúrich. Para identificar el mecanismo, se compararon ratones adultos que habían estado expuestos a condiciones traumáticas en una etapa temprana de su vida con otros ratones no traumatizados. Los investigadores estudiaron el número y tipo de microARN en los roedores traumatizados y descubrieron que el estrés traumático altera por exceso o defecto la cantidad de varios microARN en la sangre, el cerebro y el líquido espermático. Estos cambios afectan al funcionamiento de las células regulado por estas minimoléculas. Los investigadores observaron que los ratones traumatizados modificaban su comportamiento. Por ejemplo, perdieron su aversión natural a los espacios abiertos y a la luz, y mostraron signos de depresión. Estos rasgos se transfirieron a la descendencia a través del esperma, a pesar de que las crías no sufrieron estrés ni traumas. El metabolismo de las crías de ratón estresadas también cambió: los niveles de insulina y azúcar en sangre, por ejemplo, eran más bajos que los de los ratones nacidos de padres no traumatizados. “Pudimos demostrar por primera vez”, resume Mansuy, “que las experiencias traumáticas afectan al metabolismo a largo plazo, que los cambios inducidos son heredables” y que los efectos del trauma heredado sobre el metabolismo y el comportamiento psicológico persisten en la tercera generación. “Se ha demostrado que el desequilibrio de microARN en el esperma es un factor clave en la transferencia de los efectos del trauma de padres a hijos”. Aunque quedan muchas cuestiones abiertas que deberán aclararse en estudios posteriores, señalan los autores, la conclusión es que “el condicionamiento ambiental deja huellas en el cerebro, los órganos y los gametos, y a través de los gametos estas huellas se transmiten a la siguiente generación”. El equipo de Zúrich estudia ahora si los microARN son también los “culpables” en los seres humanos. Tomado de: La Repubblica Science del 13.4.2014

Oriente a través de la medicina tradicional china

La Medicina Tradicional China es una disciplina ancestral de búsqueda de la salud y la armonía a través del reequilibrio energético del cuerpo-mente. Es una medicina de los Golpes, el arte de restablecer la armonía funcional de los intercambios entre los diferentes Golpes (energía, IQ). El objeto de esta medicina energética es la regulación de los Golpes constitutivos y animadores del hombre dentro de los Golpes constitutivos y animadores del Universo. Lo que ha llegado hasta nosotros es el resultado de la integración y ordenación, en el curso de su evolución, de las diferentes filosofías con las que ha entrado en contacto y, en particular, con el pensamiento taoísta, la Escuela de Confucio y la Teoría de los Cinco Elementos. Esta tradición considera el universo como un campo de energía, resultado de la interacción perfecta de los dos principios cósmicos fundamentales: Yin/Yang. Existe una visión holística y analógica del ser humano, según la cual la salud y el bienestar son consecuencia del equilibrio psicológico, energético, fisiológico y espiritual del hombre. La observación y catalogación de las correspondencias ha llevado a la humanidad a lo largo de milenios a asumir un conocimiento exhaustivo de la realidad donde lo que sucede en el Macrocosmos (Cosmos) sucede en pequeño -por analogía- en el Microcosmos (Hombre). A través de la comprensión del cosmos, del universo y de la naturaleza se llega, para el taoísmo, a la comprensión de uno mismo, del propio crecimiento individual. No hay dicotomía entre bien/mal, correcto/incorrecto, etc., los opuestos se convierten en aspectos equivalentes de una misma realidad/fenómeno, que los engloba en sí misma. Al cambiar el punto de vista del observador, cambia el valor ético-moral de la interpretación de cada acontecimiento. No existen valores absolutos, sino valores relativos al sistema/modelo tomado como medida de referencia. En cambio, la concentración de la atención debe dirigirse a la observación de la naturaleza y sus manifestaciones, que es lo único que permite reconocer las características del Tao. Y es la naturaleza la que sugiere la idea del Yin/Yang, las polaridades constituyentes del símbolo Tao, que representa el concepto más importante y característico del taoísmo. La observación de la alternancia cíclica del día y la noche se relaciona simbólicamente con el lado sombreado y soleado de una colina, una única realidad que lleva en sí misma tanto la sombra como la luz, los opuestos universalmente unidos que eternamente se persiguen y alternan entre sí. Cualquier síntoma físico o psíquico no es, por tanto, el signo de una dolencia localizada, sino la señal reveladora de un desequilibrio del organismo en su conjunto. No sigue, por tanto, la tendencia a desmembrar los componentes individuales, a buscar lo cada vez más pequeño, perdiendo de vista la finalidad, la unidad: el Hombre y su equilibrio psicofísico, inmerso en el medio circundante. Inserto en el Macrocosmos, el Hombre también se nutre del mismo flujo de energía vital, el Qi (Aliento), que fluye por el interior del cuerpo a lo largo de la red de meridianos, los canales invisibles que constituyen el sistema de conexión entre los órganos y las funciones vitales. El Qi es el producto de la interacción del Yin/Yang y constituye la base del mundo de los fenómenos. En el cuerpo humano, el Qi es el agente del movimiento y la transformación, el principio que mueve, calienta y protege contra las influencias externas. A nivel psicológico, su libre fluir nos permite cambiar de estado, alternar diferentes emociones del trabajo al placer, de la actividad al descanso. Así pues, la salud y el bienestar físico no son sino la consecuencia natural de la circulación armoniosa del Qi, mientras que sus desequilibrios favorecen la aparición de enfermedades. Aquí es donde se manifiesta la originalidad del pensamiento taoísta: la oposición está ahí, como enseña la naturaleza, pero es relativa: la oscuridad sólo existe cuando se compara con la luz, y toda realidad nunca es absoluta. La forma se genera a partir de lo informe, del mismo modo que la forma conduce a lo informe. Esta existencia anterior a la existencia, esta “falta de forma”, esta potencialidad aún no expresada, se designa con el término Tao, literalmente “la Vía”, la matriz del Universo. Del oscuro misterio surge algo que se denomina el “WuJi”, el “no-polo”, el embrión de una existencia aún no polarizada y, por tanto, aún no diferenciada. Por eso el símbolo es un círculo vacío. Este círculo vacío se rellena en el símbolo del TaiJi, “el gran polo”. Taiji es diferenciación presente en potencia, pero aún no en acción. Sigue siendo unidad, pero contiene en sí el germen de la división y, por tanto, del nacimiento. El símbolo da la idea de una marea que sube y baja, de la fusión del blanco en el negro y del negro en el blanco, de la unión en la oposición y, por supuesto, del movimiento. En el centro de la zona negra (Yin) hay un punto blanco, al igual que en el centro de la zona blanca (Yang) hay un punto negro, para destacar cómo en cada uno de los dos componentes está contenido el germen del otro, al igual que en el solsticio de invierno, bajo la nieve, ya está viva la semilla de la exuberancia del verano. La inscripción de las dos mitades en un círculo transmite la idea de la íntima fusión de los dos aspectos, que juntos constituyen la totalidad de la vida. El Tao gira y, al girar, se configura en perpetua e inevitable transformación. Bibliografia:Il libro della Medicina Tradizionale Cinese – Carlo Moiraghi – Fabbri EditoreElementi di Medicina Tradizionale Cinese – J. Schatz C. Larre E. Rochat De La Vallèe Edizioni Jaca BookElementi di Medicina Tradizionale Cinese – F.Bottalo Rosa Brotzu – Edizioni XeniaMedicina Cinese – Ted J. Kaptchuk – Red EdizioniMedicina Tradizionale Cinese – M. Corradin C. Di Stanislao M. Parini Casa Editrice AmbrosianaTeoria e pratica Shiatsu – Carola Beresford Cooke – ed. UTET

Salud y enfermedad: Los cinco movimientos de la MTC-Extracto del libro EnneaMediCina

Todo hombre, al nacer, está dotado de un patrimonio energético hereditario, el Qi ancestral, transmitido por los padres y fuente de toda vitalidad. Es una fuerza que no puede modificarse ni renovarse y, una vez agotada, el individuo muere: por tanto, debe protegerse. Junto al Qi original, existen también dos energías fundamentales que pueden asimilarse del entorno exterior: la energía respiratoria, absorbida a través del oxígeno del aire, y la energía alimentaria, derivada de los alimentos consumidos. Estas dos formas de energía se reponen continuamente. Por ello, para mantener la salud es esencial prestar atención a la calidad de la alimentación, la realización de gimnasia médica y la práctica de ejercicios respiratorios. Según las antiguas teorías chinas, el universo consta de cinco elementos primordiales: Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua. La Teoría de los Cinco Movimientos clasifica la mayoría de los fenómenos naturales en cinco categorías. Durante la dinastía Han occidental (206 a.C.-24 d.C.), la teoría del Yin/Yang se integró con la de los Cinco Movimientos, dando lugar a un único sistema “Yin Yang Wu Xing Xue”, concebido como un flujo de Qi, en el que cada movimiento corresponde a una fase del ciclo de cinco transformaciones del Yin/Yang. La Tierra, base de toda transformación, se sitúa en el centro. Asociada al color amarillo, permite sembrar, crecer, madurar; simboliza el final del verano y expresa el equilibrio entre las polaridades Yin/Yang. La madera, asociada al color verde, simboliza la vegetación que nace de la tierra y renace en primavera, el paso del Yin al Yang, de la oscuridad a la luz. El fuego incluye todo lo que arde y se eleva: asociado al rojo y al verano, con su movilidad, luminosidad y calor expresa el Yang por excelencia. El metal, el color blanco, representa la dureza pero también la capacidad de ser maleable y capaz de transformarse. La estación que lo caracteriza es el otoño, el paso del Yang al Yin, de la luz a la oscuridad con el retorno de las influencias del Cielo hacia la Tierra. El agua corresponde al máximo del Yin, a la oscuridad, al frío, al invierno, al color negro. Los Cinco Elementos (o Movimientos) no deben entenderse como sustancias pasivas y estáticas, sino como fuerzas dinámicas en transformación cíclica. El primer modo de movimiento de los cinco elementos es el de la “generación”: la Madera genera el Fuego, que con sus cenizas genera la Tierra. De ésta se extrae el Metal, que se licua generando el Agua, con la que se genera la Madera. Este ciclo continuo asegura la generación y la transformación en la naturaleza. En este ciclo se contemplan dos relaciones, la de la “madre” que genera y la del “hijo” que es generado. La segunda forma de relacionar los elementos se denomina ciclo de “dominación o templanza”, porque una generación excesiva puede dañar los elementos, mientras que el control mutuo los mantiene en equilibrio. También llamada ley del “abuelo-nieto”, establece que cada movimiento controla al segundo que le sigue en la secuencia de generación y es a su vez controlado por el segundo que le precede, así: la Madera controla a la Tierra, que a su vez controla al Agua, que controla al Fuego, que controla al Metal, que finalmente controla a la Madera. Cuando deja de haber coordinación entre los cinco elementos, aparecen dos ciclos anormales. El primero de ellos se denomina “inhibición”. El control se efectúa en el mismo orden que el ciclo de templanza, pero de manera excesiva. Por ejemplo, una Madera muy fuerte no será atemperada por el Metal y la Tierra, que normalmente es el elemento dominado por la Madera, se verá perjudicada. El último ciclo examinado se denomina “revuelta”. Aquí la dominación es contracorriente (en sentido contrario a las agujas del reloj). Por ejemplo, los golpes del Metal dominan naturalmente a la Madera, pero si ésta es demasiado fuerte o aquél demasiado débil, se producirá la llamada “venganza” de la Madera sobre el Metal. A cada elemento está ligada una parte del cuerpo humano: la Madera al Hígado; el Fuego al Corazón; la Tierra al Bazo-Páncreas; el Metal a los Pulmones; el Agua a los Riñones. El terapeuta debe tener siempre presentes las relaciones de interdependencia entre los órganos y las funciones corporales, las emociones y las situaciones climáticas, ambientales y estacionales. La Medicina China se convierte así en una ciencia metafórica destinada a ayudarnos a comprender que formamos parte de la naturaleza. Cada fenómeno corresponde a una estación, un punto cardinal, una energía del cielo, una mutación natural, un color, un sabor, un sonido, un órgano, una víscera, un órgano de los sentidos, una parte del cuerpo, una emoción, una secreción, una estructura individual (véase el cuadro adjunto). Psicológicamente, pretende ayudar a la persona a reconocer su papel como parte de un sistema universal y a establecer, mantener y fomentar la integración de todos los diversos aspectos de ese sistema. Bibliografía:Elementos de Medicina Tradicional China – F.Bottalo Rosa Brotzu – Ediciones XeniaMedicina china – Ted J. Kaptchuk – Ediciones RedMedicina Tradicional China – M. Corradin C. Di Stanislao M. Parini Editorial AmbrosianaElementos de Medicina Tradicional China – J.Schatz, C. Larre, E. Rochat De La Vallèe – Jaca Book APPARTENENZA DEI FENOMENI AI 5 MOVIMENTI Movimientos Madera Fuego Tierra Metal Agua Estaciones Primavera Verano Finales de verano Otoño Invernio Cómo Este Sur Centro Oeste Norte Energías cósmico Viento Calor Humedad Sequedad Frío Mutaciones   DesarrolloMadurez Nacimiento TransformaciónRecolección   de mutacionesPuesta en reserva Conservación Muerte Colores    Verde/azul  Rojo Amarillo Blanco Negro Sabores     amargos Amargo Dulce Picante Salado Suena Xu He Hu Shi Chuei      Bazo Pulmón Riñones  Hígado Víscera (Fu)  Vesícula Biliar Intestino Intestino Delgado Triple foco Estómago Intestino Intestino grueso Vejiga Órganos de los sentidos  Ojos Lengua Boca Nariz Oídos Partes del cuerpo  Músculos Tendones  Vasos sanguíneos Carne Piel/Cabello    HuesosMédula Emociones    Ira Alegría  ReflexiónPensamiento  Tristeza Miedo Secreciones     Lágrimas Sudor  Saliva Mucosidad (nasal) Babas Estructuraindividual SecoÁspero Segaligno Activo y cálido Dulce , equilibrioLongilinear “centrado” Pálido Manantiales dinámicosPlácido

Medicina China – La creación de la vida: las leyes

Extracto del libro: EnneaMediCina ORIENTE Dos Esencias se unen, el espíritu aparece.(Huang de Nei Jing Ling Shu) Para la cultura china, el universo se rige por leyes que se aplican a todos los aspectos de la creación. Los más relevantes, también para los propósitos de este trabajo, son los del Yin/Yang, los Cinco Movimientos y las Seis Energías. 1.Yin /Yang: etimología de los signos.Examinando los caracteres chinos de Yin/Yang notamos cómo ambos están formados por un radical que significa colina, altura. En el ideograma que simboliza Yin hay un carácter que significa nube, mientras que en el ideograma que significa Yang hay un personaje que representa el sol sobre el horizonte, con sus rayos dirigidos hacia abajo. Por lo tanto, el carácter Yin indica el lado sombreado de una colina, mientras que el carácter Yang indica el lado expuesto al sol. La vida se origina en la unión de un aspecto activo (el Yang, el Cielo), con un aspecto pasivo (el Yin, la Tierra).De la unión de un óvulo con un espermatozoide se origina el Hombre, el Tres, el aspecto neutralizador. El número Tres habla, por lo tanto, del establecimiento del orden cósmico entre lo que está arriba, el Cielo (electricidad), y lo que está abajo, la Tierra (energía magnética). El espacio central es el lugar donde vive el hombre, hijo de estas energías y transductor del electromagnetismo; sólo un movimiento equilibrado de electricidad (Cielo) y magnetismo (Tierra) dentro de él, lo mantendrá en equilibrio y salud. El hombre está constituido por la correlación entre el Yin manifiesto (cuerpo) y el Yang incorpóreo (mente, espíritu, emociones). Él responde a todas las leyes cósmicas, por las cuales todo es Aliento y todas las partes se conectan, en una perfecta alternancia de Yin/Yang. Yin se considera cualquier cosa que: hace frío; está tranquilo; está en reposo; está inactivo; está oscuro; Desciende; es interior; se encoge; es bajo, etc. Yang se clasifica como cualquier cosa que: hace calor; Brilla; es brillante; Calienta; está activo; y móvil, etc. El concepto de Yin / Yang se puede utilizar para comprender y explicar la naturaleza de toda la creación: el estado solidificado de la materia es Yin, mientras que el estado sutil y expandido es Yang. Así que un sólido tiene una fuerte característica Yin porque es estático, pesado, lleno, duro y frío, mientras que un vapor es Yang porque es ligero, tiende a elevarse y puede transformarse fácilmente. El concepto mismo de Yin/Yang nos permite interpretar la evolución cíclica de los fenómenos del Universo. Al amanecer el Yang comienza a aumentar y alcanza su punto máximo al mediodía, para comenzar a disminuir por la tarde. Por la noche, el Yin es fuerte y alcanza su cumbre a medianoche. Igualmente con respecto a las estaciones: el invierno es frío, todo está quieto y congelado y la naturaleza descansa. Luego, con la llegada de la primavera, las plantas vuelven a florecer y la vida reanuda su curso. Es durante la ola de calor del verano, en el momento de máximo calor que estallan las tormentas eléctricas, que anuncian el nuevo cambio de estación. La temperatura se vuelve más fresca en otoño y la naturaleza se prepara para el largo frío del invierno. Cada pico contiene la raíz del cambio; el ápice del Yin anuncia el comienzo de un nuevo ciclo Yang y viceversa. Todo esto está representado gráficamente por el símbolo de “TaiJitu” Taijitu “el último supremo”. Dentro de cada polaridad está encerrada la semilla de la polaridad opuesta. En Yang, el punto negro, habla de la transformación en un embrión en Yin, y viceversa. Encontramos los mismos principios también dentro del microcosmos del hombre. Es en el apogeo de la felicidad que un temblor de tristeza sacude las almas, así como en tiempos de desaliento la vida nos empuja a luchar. Yin / Yang, por lo tanto, se equilibran entre sí; cuando Yang está en su máximo, Yin está en su punto más bajo y viceversa. Las estaciones, día y noche, actividad y descanso, son ejemplos de la alternancia continua de Yin/Yang. En los organismos vivos sanos hay un equilibrio dinámico continuo de Yin / Yang, mientras que hay un desequilibrio hacia una de las dos polaridades en el caso de la enfermedad (más…)   Mitos y culturasLa nueva visión holística del hombre en el mundo occidental, que ahora está reemplazando gradualmente la versión mecanicista de la memoria cartesiana, tiene el importante valor de reconectar lo que en los últimos siglos se había dividido: mente y cuerpo, espíritu y materia, psique y soma, alma y corazón. Un contraste en realidad sólo aparente, así como la irreconciliabilidad entre Yin / Yang en el Tao es evidente. En este punto se puede decir que: Todos los modelos culturales son empíricos, ya que se basan en la observación cuidadosa y refinada del hombre y la naturaleza que pueden presumir de milenios de experiencia;Cada filosofía nace en un contexto cultural preciso y utiliza el lenguaje y las convenciones para poder comunicar sin incertidumbre lo que se observa. Sólo el modelo utilizó cambios específicos de la realidad cultural en la que se formó;Los dos modelos encuentran un lugar más completo solo si están unidos en una visión unitaria y global (más…)     OESTE El sistema nerviosoEn el decimoctavo día, cuando el embrión humano mide aproximadamente un milímetro y medio de largo, la valva embrionaria del ectodermo se engrosa en la región dorsal y forma una invaginación, la “lluvia neural”, a partir de la cual se formará todo el sistema nervioso. El sistema nervioso se puede dividir en estructuras interconectadas y cooperantes, llamadas: Sistema Nervioso Central y Periférico. El sistema nervioso central (SNC) está formado por la médula espinal y el cerebro. El cerebro está organizado en diferentes estructuras, como el bulbo raquídeo, la protuberancia, el mesencéfalo, el diencéfalo, el telencéfalo y el cerebelo. Las funciones cognitivas superiores como la inteligencia, la memoria, el aprendizaje y las emociones también están vinculadas al cerebro. El cerebro está compuesto anatómicamente por el

Psicología y EneaChina Media por Liliana Atz

Todo esto encuentra una gran confirmación de la EneaMediCina y en los símbolos antiguos que se encuentran en la base, como veremos…. NiñezPartiendo de la infancia, como núcleo estructurante del universo humano, diversos estudios psicológicos han puesto de manifiesto cómo la relación con la madre y/u otras figuras de referencia es determinante en la activación de aquellos rasgos temperamentales que se manifiestan desde el primer año de vida. Estos rasgos representan la matriz biológica a partir de la cual, en interacción con el entorno, se desarrollarán los rasgos de personalidad. Estos últimos se definen como características individuales que tienden a permanecer estables en el tiempo y que son la base del comportamiento observable. La perspectiva disposicional argumenta, de hecho, que cada persona tiene características biológicas específicas que lo predisponen a manifestar ciertos comportamientos de manera más automática que otros, independientemente del tipo de situación en la que interactúe. Los rasgos tienen una base biológica. El contexto ambiental – físico, familiar, social y cultural – no es menos importante que el biológico, pudiendo modificar, incluso radicalmente, las características conductuales. Allport (1937) afirmó que “por temperamento entendemos aquellos fenómenos que caracterizan la naturaleza emocional de un individuo y que incluyen su susceptibilidad a la estimulación emocional, su eficacia habitual y rapidez de respuesta, la calidad de su estado humoral; Estos fenómenos se consideran dependientes de elementos constitucionales y, por lo tanto, originalmente en gran medida hereditarios”. “El término temperamento”, escribe Lisa di Blas, “designa un conjunto de características individuales, observables en el comportamiento, que tienen un sustrato genético y fisiológico, afectan ampliamente la emocionalidad, se manifiestan dentro del primer año de vida y son relativamente estables en el tiempo”. Eysenck afirma que los rasgos temperamentales tienen una base genética, sin embargo no heredamos el comportamiento, sino las estructuras biológicas que dan lugar a aquellos comportamientos que manifestamos con más frecuencia que otros. Hay algunos intermediarios biológicos, como las hormonas y los neurotransmisores, que traducen el potencial genético en constantes de comportamiento (rasgos de personalidad). En la interacción con el entorno, las bases fisiológicas que heredamos producen tanto aquellos comportamientos que pueden detectarse en el laboratorio (por ejemplo retención de memoria, umbral sensorial), como aquellos comportamientos que se observan en contextos naturales (por ejemplo sociabilidad, sexualidad, agresión). Se plantea la hipótesis de que el período de 6 a 12 años es decisivo en el desarrollo de los rasgos de personalidad como resultado de la interacción entre los rasgos temperamentales y el entorno. Los rasgos de personalidad que Eisenck identifica dentro de su modelo teórico son tres: psicoticismo, extroversión y neuroticismo. El primer rasgo se caracteriza por la agresión, el egocentrismo, la impulsividad, la antisocialidad y la falta de empatía. La extroversión incluye diferencias individuales relacionadas con la sociabilidad, la actividad, la vitalidad, la asertividad, la búsqueda de sensaciones y el dominio. El último rasgo, el neuroticismo, incluye rasgos como ansiedad, tensión, depresión, emocionalidad, timidez, humor, baja autoestima y sentimientos de vergüenza. Aunque todavía no se ha propuesto una conceptualización unívoca y convincente del término personalidad, también es útil definirlo como “el resultado de la articulación recíproca de los aspectos cognitivos, emocionales, volitivos y motivacionales del individuo y su interacción con el entorno (Giannelli, 1993). En consecuencia, la evaluación cuidadosa no puede ignorar considerar los aspectos culturales, éticos y sociales como factores significativos para la estructura personológica de cada individuo”. Por lo tanto, la personalidad debe entenderse como la suma de los rasgos de temperamento, emociones y motivaciones del individuo que se mueven en el espacio y el tiempo. La comunicación afectiva se perfila como la primera fuente de estímulo del comportamiento del niño y, posteriormente, a través de un proceso de internalización, también la base sobre la cual estructurar el andamiaje de su mundo interno. Esta capacidad parece estar profundamente condicionada por el tipo de respuesta emocional que ha podido disfrutar durante su experiencia infantil. El mundo intrapsíquico del niño es, en este sentido, el resultado del proceso de construcción dialéctica entre sus habilidades emocionales, comunicativas, receptivas y temperamentales originales con las de sus figuras de apego, que, además, dependen de sus modalidades de apego, sus características temperamentales y sus modos de regulación emocional. Un estudio realizado por Haft y Slade mostró que existe un estrecho vínculo entre los patrones operativos internos de apego de la madre y su modo de concordancia afectiva con el niño, destacando precisamente cómo esto se convierte en una herramienta facilitada en la transmisión intergeneracional de patrones de apego interno. La transmisión intergeneracional de modalidades de apego seguro proporciona, al niño, una base para contener sus emociones generando seguridad en él y creando una base más estable para la evolución de la función de mentalización, lo que a su vez, facilita su actitud para establecer relaciones seguras con los demás. En el caso de un padre con un modelo de apego inseguro, también transmitiría al niño las defensas adoptadas contra sus emociones, empujando al niño a no expresar algunas de sus emociones para mantener la relación con el padre. Al hacerlo, el niño salvaguardaría tanto su propia tranquilidad como el estado mental del padre (Main, 1995). “El niño no puede encontrarse en el otro”, dice Fonagy (1998). Otros estudios de Grossman y Grossman (1991) destacan cómo “… Las madres de niños evitativos e inseguros, a diferencia de las madres de niños seguros, no son capaces, en las situaciones de juego que estudian, de ponerse en contacto con las emociones negativas de sus hijos, manteniéndose alejadas de ellas en las ocasiones en que las expresan y acercándose a ellas solo cuando comunican emociones positivas. Cassidy y Kobak en 1988 “… Analizando la comunicación afectiva de niños evitativos inseguros de tres y seis años hacia sus madres, destacan cómo consolidan las estrategias de enmascaramiento y falsificación de afectos negativos encontradas ya a los 12-18 meses…. ser capaz de comunicar sólo emociones positivas a la madre…”. Winnicott (1965) afirmaba que la incapacidad de la madre para responder adecuadamente a las necesidades emocionales del niño podía provocar en este último “ansiedades