El Tai Chi no tiene edad: ayuda a la memoria, calma el dolor.

La última confirmación proviene de un estudio sobre setenta años de edad en la Universidad de Oregón, que muestra que cuatro meses de práctica son más efectivos que el estiramiento u otra gimnasia ad hoc.

Además, como otras investigaciones han revelado, los movimientos suaves del Tai Chi ayudan a la memoria y mejoran la calidad de vida de quienes sufren de osteoartritis e incluso Parkinson.

A menudo llamado gimnasia suave, el Tai Chi Chuan (o Taijiquan según el método de transliteración elegido) es un arte marcial interno, vinculado al Wushu Kung fu, con el que comparte algunos principios y especialmente al Chi Kung (o Qi Gong), gimnasia médica china.

“El Tai Chi es un arte marcial que nació como entrenamiento de combate y quizás esto ha llevado a los médicos a estudiar más Qi Gong, aunque los principios en los que se basan los movimientos son los mismos”, explica Lucio Sotte, especialista en medicina tradicional y gimnasia china.

Precisamente este aspecto marcial puede atraer a aquellos a quienes no les gusta la idea de una actividad suave a aprender la secuencia más o menos larga de movimientos que es la base del Tai Chi: lo que puede aparecer como una danza es de hecho una pelea con un oponente sombra, lo que da a quienes la practican una musculatura respetable.

“Entre los diversos estilos, el más adecuado para aquellos que se acercan a la práctica a una edad madura es el Yang, mientras que la forma Chen requiere más esfuerzo”, señala la instructora Maria Grazia Franzoni.

Se puede practicar con satisfacción a los 80 años y más, aunque aquellos que tienen dificultades para coordinar los movimientos pueden encontrar dificultades al principio.

“Es un camino que requiere paciencia, pero es adecuado para un practicante maduro y personas con limitaciones de movimiento”, dice Sharon Gould, instructora en cursos para ancianos, “y ayuda a fortalecer las piernas y mejorar el equilibrio y la postura”.

Por lo tanto, no hay contraindicaciones, excepto para “aquellos con problemas cardiovasculares graves”, dice Sotte.

Y la prevención de caídas es solo uno de los beneficios de un ejercicio que mejora el estado de ánimo y la circulación.

“Según la tradición china, el entrenamiento muscular obtenido gracias a los movimientos de rotación se refleja en la actividad de los órganos internos”, continúa el médico.

Un ejemplo son las ventajas vinculadas a las técnicas de respiración -abdominal y contraabdominal o inversa- combinadas con el ejercicio: “Estas técnicas, y especialmente la respiración contraabdominal, conducen a bajar el diafragma y a explotar más la capacidad pulmonar que solemos utilizar mínimamente – explica Sotte –

Además de realizar un masaje de las vísceras y mejorar la circulación».

Pero hay otras ventajas: “El Tai Chi requiere atención, tienes que seguir el ritmo y las instrucciones del instructor y esto te obliga a desapegar tu mente”, explica Franzoni.

También hay que decir que el Tai Chi es una herramienta de prevención de bajo coste: “Los ejercicios una vez aprendidos se pueden realizar en casa o practicar en grupos con la ventaja de que las personas socializan”, concluye Sotte. Y la sociabilidad es uno de los méritos de esta actividad que es un desafío con uno mismo y no una competencia con otros practicantes.

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