Ennea&ArTe: Rafael – Tipo Siete

Comisariada por Liliana Atz

Continuando el estudio de las tipologías enea-simbólicas a la luz de EneaMediCina nos encontramos con Raffaello Sanzio.

Hijo de Giovanni Santi, un pintor al servicio de Montefeltro, Rafael nació en Urbino en 1483.

Guapo, sociable, afable, amable, culto y abierto a los estímulos de otros maestros, personificaba la imagen del “pintor de la corte”.

Esta forma de ser le abrió muchas puertas tanto en su vida privada como en su carrera profesional, haciéndolo muy querido por los señores ricos, los altos prelados y la gente sencilla del pueblo.

A la luz del estudio del Eneagrama, Rafael pertenecía a la tipología de los Siete, el optimista, el que sabe inducir la alegría y la alegría de vivir.

Esta tipología eneagramática se caracteriza por la pasión de la Garganta y por la fijación de la Fraudolencia.

Contemporáneo de Miguel Ángel Buonarroti, se dice que este último lo envidiaba no solo por su habilidad, sino también por la forma en que se relacionaba con las aurículas “con palabras melifluas halagadoras”.

Artista de persuasión, este tipo logra sortear obstáculos sin demasiado esfuerzo, utilizando hábilmente el arte de la oratoria, la seducción y su simpatía innata.

Rafael fue el primer y único hijo de Giovanni Santi y Magia di Battista con Nicola Ciarla. Su madre murió cuando Rafael tenía ocho años y su padre cuando él tenía once”.

Los Siete tienden a evitar el sufrimiento, escondiéndose detrás de una máscara de jovialidad.

Maneja el dolor y las dificultades refugiándose en el recuerdo de los momentos agradables y eliminando los desagradables. Por eso, ante cosas demasiado complicadas, dolorosas y limitantes, tiende a huir, con el miedo inconsciente de que detenerse le lleve a entrar en contacto con su propia interioridad.

Un pintor muy solicitado, su taller era en cierto modo opuesto al de Miguel Ángel, su contemporáneo, que prefería trabajar con las ayudas mínimas indispensables (preparación de colores, yesos para frescos y más) manteniendo un liderazgo absoluto sobre el resultado de la obra final”.

Rafael, por otro lado, a lo largo de los años, delegó cada vez más partes sustanciales del trabajo a sus asistentes”.

El eneatipo de los Siete no redimidos no sabe cómo detenerse en las cosas, por lo que se involucra en varios frentes al mismo tiempo, pero sin profundizar nada, saltando de una experiencia a otra.

Sin embargo, además de amar la belleza idealizada y divina, Rafael también amaba la belleza terrenal y sensual de las mujeres.

Según Giorgio Vasari, Rafael tuvo una vida sexual muy desordenada e incómoda; se dice que dividió sus primeros años entre su pasión por la mujer y la del Arte.

En “Le Vite” Vasari relata que: “el cardenal de Bibbiena, su amigo, lo había estado infestando durante muchos años para darle una esposa y él no la rechazó, sino que dijo que todavía quería esperar cuatro años. Pasó el tiempo y cortésmente, después de cuatro años, presionado por el cardenal, aceptó a su sobrina como su esposa. Y debido a que siempre estaba muy contento con esta trampa, estaba poniendo mucho tiempo en el medio para que el matrimonio aún no se hubiera consumado para Rafael y esto no lo hizo sin un propósito honorable, porque habiendo servido a la Corte tantos años y siendo un acreedor de León X había sido una indicación de que cuando había concluido la habitación (habitaciones del Vaticano), en recompensa por sus trabajos y virtudes, el Papa le daría un sombrero rojo (cardenal).

Esto le permitiría una carrera importante en el mundo de la iglesia. Pero en un lugar importante volvió a sus amores. No le importaba tanto el compromiso con la sobrina del cardenal de Bibbiena ni la promesa de León X de convertirlo en cardenal”.

En el polo no redimido es un tipo rebelde, indisciplinado, que no cumple los compromisos adquiridos e interpreta las reglas de forma personalizada, continuando haciendo lo que quiere. Utiliza el arte de contar historias para salir de problemas, pero si esto no es suficiente, se rebela abiertamente contra la presión.

Esta tipología está, de hecho, siempre en la búsqueda espasmódica de la novedad, la diversidad, lo desconocido, la experiencia emocionante que puede llenar sus vacíos internos: comida, sexo, situaciones …

Vasari cuenta que: “Y así sucedió que una vez se equivocó más de lo habitual porque regresó a casa con una gran fiebre, probablemente una enfermedad venérea, que en poco tiempo se lo llevó.

Era Viernes Santo el 6 de abril de 1520.

Bibliografía:

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