La danza Yin/Yang de la vida
por Liliana Atz El Tao o Dao, la “Vía, el Camino” es uno de los símbolos más universalmente conocidos. Para los taoístas, el Tao es el símbolo del Universo mismo, ese flujo vital que dio origen a todo y fluye incesantemente, siempre cambiando, pero siempre permaneciendo igual. El Tao simboliza el concepto cíclico de la existencia; todo en el universo se manifiesta en un movimiento espiral que, habiendo alcanzado su máxima expansión, retrocede para manifestarse en el polo opuesto, en un movimiento perpetuo de expansión y contracción. Asociada al Tao está la concepción del Yin y el Yang, los opuestos complementarios que mantienen el orden natural del Tao: el Yin es el principio femenino, acogedor, pasivo y oscuro, y el Yang el principio masculino, activo, luminoso y en movimiento. Wuji es el nombre utilizado en la cosmología taoísta para indicar la energía en estado puro, ese estado anterior a la manifestación, donde el espacio y el tiempo no existen, donde todo sigue siendo posible. Cuando esta energía aún no manifestada comienza a moverse, aparece la primera polarización. Se entra en el mundo de la dualidad, en el Tai Chi, representado por el Tao con sus dos polos: el Yin y el Yang. Estos son los principios del Tai Chi Chuan, la antigua disciplina psicofísica, emocional y espiritual que, a través de los movimientos precisos de sus formas, representa el movimiento eterno del Tao. De la unión de lo informe (Wuji) representado por las energías hereditarias del espermatozoide masculino y del óvulo femenino, nace el horizonte energético de un nuevo ser que, con su primer aliento, entra en el mundo de la dualidad (Tai Chi ). ¿Cómo se moverá por la vida, cómo danzará su Tao entre el Yin y el Yang? ¿En qué medida el entorno en el que se desarrolla le condicionará en sus elecciones y en su autopercepción? ¿Será demasiado Yin, pasivo, sumiso, obediente, tenderá a no decidir y a dejarse llevar por los acontecimientos, o será demasiado Yang, masculino, activo, asertivo, parecerá un líder para sí mismo y para los demás? ¿En qué medida estará en armonía con su “Mandato Celestial“? ¿Hasta qué punto será capaz de reconocer y conciliar los impulsos de su Esencia, con el impulso de la Personalidad? No reconocer o perder el “Mandato Celestial en el propio reino” no trae realización en la Vida. Desde los malestares emocionales hasta las enfermedades graves, el mensaje de un “Nuevo Nacimiento” está a la espera de hacerse realidad para todos.
Tai Chi Chuan: “Movimiento de las emociones”.
El simbolismo es la forma más adecuada y utilizable por el hombre para transmitir enseñanzas y pensamientos, la forma más natural. Esto es fácil de entender si se tiene en cuenta que el propio lenguaje, después de todo, es simbolismo. Cualquier expresión humana es un símbolo del pensamiento que se traduce al exterior; la única diferencia radica en que el lenguaje es analítico y discursivo, mientras que el simbolismo es esencialmente intuitivo. El lenguaje corporal simbólico que se manifiesta en los precisos movimientos del Tai Chi Chuan, conocido como arte marcial y por los indudables beneficios que aporta a la salud del practicante, esconde otros mensajes, que vinculan la cultura oriental con los más recientes descubrimientos de la ciencia y la psicología occidentales.Veamos cómo. Cuando la energía aún no manifestada, o Wuji, comienza a moverse, da lugar a la primera polarización Yin (femenino) – Yang (masculino) de la que procede el Chi o energía. El Chi, como todo lo que existe en el universo, es la manifestación del movimiento cíclico del Tao (1), la Vía. Estos son los principios en los que se basa la disciplina del Tai Chi Chuan. Todo el universo, visible o invisible, se da por la interacción del Yin-Yang. El Tai Chi Chuan, la antigua disciplina psicofísica china, tiene sus raíces históricas en los principios de la Medicina Tradicional China, que prescribía ejercicios respiratorios, masajes corporales y ejercicios de manos y pies ya antes del año 1000 a.C. Los taoístas introdujeron el Chi Kung, una serie de ejercicios psicofísicos y respiratorios, para el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento de enfermedades. La gimnasia energética, constantemente estudiada, ampliada e integrada con los antiguos estilos de Kung-fu, dio origen al Tai Chi Chuan. Pero esta definición del Tai Chi no es más que uno de los aspectos que lo caracterizan, ya que un cuerpo equilibrado no es más que la consecuencia lógica de una circulación energética armoniosa. El hombre, como hijo del Cielo y de la Tierra, sólo está sano cuando es capaz de mantener la armonía entre los alientos ascendentes de la Tierra (Yin) y los alientos descendentes del Cielo (Yang). El movimiento como base de la vida.En el libro del maestro Flavio Daniele “La ciencia, el Tao y el arte de la lucha”, el profesor Carlo Ventura afirma: “No existe ningún fenómeno biológico importante que no esté causado por el movimiento. …Resulta que no hay cambio en la actividad de los genes que no se produzca sin movimientos del ADN, deformaciones y vibraciones del núcleo y de ese complejo de microfilamentos y microtúbulos que llamamos citoesqueleto. Los movimientos preceden a los mismos cambios de función en los distintos niveles celulares. … Aplicar una vibración sonora a una célula o a moléculas señal dentro de una célula puede hacer que estas estructuras vibren, generando cambios en la morfología y la función. Por tanto, los sonidos y los movimientos pueden considerarse un “diálogo molecular” dentro de las células y los tejidos”. Ley del Tres en MovimientoDe la unión de lo informe, representado por las energías hereditarias del espermatozoide masculino y del óvulo femenino, con las energías adquiridas, es decir, con lo que las energías innatas son capaces de producir tras la fecundación, surge el horizonte energético de un nuevo ser, el fruto, la unión de lo masculino con lo femenino, de lo pasivo con lo activo, el número Tres, el neutralizador. En la cultura china, “Dantian” es el nombre que la fisiología de la medicina tradicional da a los tres puntos del cuerpo en los que se almacena y acumula el Chi y desde los que luego se irradia a través de los meridianos hacia el interior del cuerpo. Estos conceptos están relacionados con la alquimia interior taoísta, las técnicas meditativas y, por tanto, el Tai Chi, según el cual el cuerpo se divide en tres zonas, cada una de las cuales presenta un punto de apoyo, denominado Campo de Cinabrio, donde reside la esencia del Uno primordial (2). La psicología occidental también se aproxima a estos conceptos. El análisis transaccional de Eric Berne, por ejemplo, teoriza la estructura psíquica del individuo o “yo” como formada por tres estructuras representadas gráficamente como una personalidad, es decir, los tres estados del yo, cada uno con sus propias funciones. Cada estado del yo tiene aspectos positivos y negativos, según promueva o impida la independencia de la persona. El Ego Padre contiene experiencias y ejemplos.El Ego Niño encierra la espontaneidad y la emocionalidad.El Ego Adulto es la parte donde se procesa la información. ¿Cómo se pueden comunicar estos aspectos?El análisis transaccional propone la “curación” a través de la mejora de las capacidades de “resolución de problemas” del adulto, mediante el uso de las emociones, que ya no se entienden como un obstáculo, sino como una herramienta para satisfacer y resolver las propias necesidades. ConclusiónEl camino del Corazón, el camino de las emociones, del Chi, resulta ser, como siempre han afirmado los místicos, la frontera entre el centro instintivo y el centro mental-espiritual, el “camino de la evolución” para la humanidad de todos los tiempos. Y es, en efecto, en las profundidades de las zonas cerebrales del sistema límbico y del hipotálamo donde tienen lugar los procesos electroquímicos que se traducen en lo que llamamos “emociones”. Desde aquí, a través de la mediación de sustancias específicas, los neurotransmisores, los mensajes se transportan por todo el cuerpo-mente. Cada vez está más claro -afirma el Prof. Ventura- que el desarrollo de los sistemas nervioso y cardiovascular se produce a través de una acción coordinada de factores comunes que guían la diferenciación y migración de las futuras células neuronales y cardiovasculares. Investigaciones muy recientes muestran un fuerte paralelismo en el desarrollo de ambos sistemas …..”. Así pues, el movimiento cataliza las emociones, que estimulan una interacción diferente de los tres cerebros. Aquí es donde entra en juego el poder del movimiento Tai Chi. A partir de un trabajo consciente sobre el cuerpo y, por tanto, sobre el neocórtex, se modifican, con
Steve Jobs: el Taijitu de un genio por Liliana Atz
Según la Medicina Tradicional China, el sistema de conocimientos médicos y filosóficos formado dentro de la antigua cultura china, la salud y el bienestar psico/físico son la consecuencia natural de la circulación armoniosa del Chi dentro de la red de meridianos (canales de energía del cuerpo dentro de los cuales fluye la energía), mientras que sus desequilibrios favorecen la aparición de enfermedades. Salimos a la luz viniendo de lo que para la antigua cultura médico-filosófica china es el Cielo Anterior, trayendo en nosotros un proyecto de vida que choca, inevitablemente, con las reglas familiares, sociales, culturales. A menudo nos olvidamos de nosotros mismos llenando nuestros vacíos con tranquilizantes y antidepresivos. Pero todo esto no es suficiente y la Vida sigue empujándonos a pedir “cambios”. Hay, para la medicina china, “Ocho Vasos Curiosos” o Canales Extraordinarios La activación de estos Canales por un lado permite reducir la tasa de consumo de vitalidad individual, mejorando el potencial de vida y salud y favoreciendo, por otro lado, la apertura de centros psíquicos y espirituales, que están estrechamente vinculados a estas estructuras. Se cree que los Ocho Vasos Curiosos se desarrollan en el período prenatal, incluso antes de la formación de los meridianos. Son, según Mark Seem, “.. Canales energéticos fundamentales, en estrecha relación con el código genético, determinantes en la manifestación de nuestro terreno constitucional. Franco Bottalo afirma que estos canales “… Son el fundamento de la creación y la recreación continua que es la vida, para recordar al individuo que debe renacer constante y continuamente”. Estos son los canales, el terreno, en el que influyen el Tai Chi y el Chi Kung. Nos encontramos en un momento histórico complejo: “crisis” personales, de valores, éticas, morales, que se convierten en crisis sociales, económicas y consuetudinarias. Individualmente nos sentimos perdidos, impotentes ante cosas más grandes que nosotros mismos, nos preguntamos qué podemos hacer individualmente. Steve Jobs, el fundador de Apple en este video de 2005 cuenta a los graduados de Stanford, su experiencia de vida y trabajo. Pero, ¿qué tiene que ver un brillante informático con el Tai Chi? No sé si Jobs alguna vez practicó o conoció esta disciplina, pero eso no es lo que quiero decir aquí. Es su intensa historia como hombre “enamorado” de sus ideales, de su “locura creativa” lo que quiero compartir con ustedes. Locura creativa que cambió su vida y nuestro mundo tecnológico, por tanto, la sociedad. “… Tienes que encontrar lo que amas, tienes que creer en algo, tu intuición, tu destino, tu vida, tu karma…” Dice: “… Todo lo que encontré simplemente siguiendo mi curiosidad e intuición más tarde resultó ser invaluable. …”, “.. ninguna de estas cosas tenía ninguna esperanza de encontrar una aplicación práctica en mi vida, pero diez años más tarde, cuando nos encontramos diseñando el primer Macintosh, todo fue útil…” y, de nuevo, “… Si hoy fuera el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy? Y cada vez que la respuesta es “no” durante demasiados días seguidos entiendo que algo debe cambiar…” Disfrutar. https://www.youtube.com/watch?v=2JFcPNaOx5U&pp=ygUgc3RldmUgam9icyBkaXNjb3JzbyB1bml2ZXJzaXTDoCA%3D
Tai chi y Eneagrama: cuerpo, mente, espíritu por Liliana Atz
El verdadero señor es como un arquero: si falta el Objetivo, él mismo busca la causa. (Confucio) En el campo de la neurociencia ahora se conoce la conexión entre el cuerpo físico, las emociones (registramos en los músculos del cuerpo nuestra memoria emocional), el cerebro y el consiguiente comportamiento del ser humano. Muchos estudios han destacado el vínculo entre el aspecto emocional en relación con el tipo de personalidad y la respuesta de “enfermedad” del individuo. El mapa eneagramático demuestra cómo la naturaleza, a través del programa genético de la especie, y por lo tanto a través de la herencia transgeneracional-familiar, ha organizado el cuerpo, la mente, las emociones, los comportamientos y los síntomas relacionados con el desequilibrio de la persona. Cada eneatipo tiene su propio “sentimiento” personal, su propia modalidad emocional personal, a través de la cual suele reaccionar a los estímulos de la vida. Esta es la base de esos comportamientos instintivos, repetidos en el tiempo, que son la causa del malestar psicofísico. Y aquí es donde entra en juego el poder del movimiento Tai Chi. Cuando el trabajo cuidadoso sobre el cuerpo, y/o situaciones de la vida, despierta impulsos mioeléctricos congelados en las contracciones/rigidez del cuerpo, emerge la experiencia emocional de la persona. El Prof. Carlo Ventura(1) afirma : “No hay ningún fenómeno biológico importante que no sea causado por el movimiento… Se ha puesto de manifiesto que no hay cambio en la actividad génica que no se produzca sin movimientos del ADN, deformaciones y vibraciones del núcleo y de ese complejo de microfilamentos y microtúbulos que llamamos citoesqueleto. Los movimientos preceden a los mismos cambios en la función en varios niveles celulares. La aplicación de una vibración sonora a una célula o moléculas de señal dentro de una célula puede hacer vibrar estas estructuras, generando cambios en la morfología y la función. Por lo tanto, los sonidos y los movimientos pueden verse como un ‘diálogo molecular’ dentro de las células y los tejidos”. Movimiento catalizador de emociones, por lo tanto, que estimulan una interacción diferente de los tres cerebros (reptiliano, límbico, neocórtex). A partir de un trabajo consciente sobre el cuerpo, los patrones relacionados con el funcionamiento del sistema nervioso, de los tres cerebros, se modifican con el tiempo. Es necesario, entonces, tener herramientas adecuadas para reelaborar la historia de la vida y el eneagrama resulta ser un aliado válido para ser utilizado en el proceso de transformación cuerpo-mente-espíritu, para volver a vivir en armonía con las leyes que regulan la naturaleza más auténtica. 1. Carlo Ventura. Graduado de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Bolonia y especializado en Cardiología. Recibió su doctorado en Bioquímica en 1990 de la Universidad de Bolonia. Actualmente es director del Laboratorio de Biología Molecular e Ingeniería de Células Madre del Instituto Nacional de Bioestructuras y Biosistemas (INBB) en el Instituto de Cardiología de Bolonia. Dirige la división de Bolonia de INBB, que incluye las unidades de investigación de Florencia, Pisa y Siena. Es director del Instituto de Biociencias, una fábrica de células GMP recientemente fundada en la República de San Marino.
Los beneficios del Tai Chi por Liliana Atz
Movimientos tranquilos, armonizados con la respiración, suaves, fluidos, ahora de repente enérgicos y luego suaves de nuevo. Durante muchos siglos el Tai Chi Chuan permaneció en secreto y se enseñó exclusivamente dentro de algunas familias, a unos pocos estudiantes privilegiados, pero entre finales del siglo XIX y la primera parte del siglo XX se extendió por toda China, especialmente como método de gimnasia para la salud. El éxito fue enorme y millones de chinos hoy en día practican regularmente esta forma de ejercicio físico, que se considera uno de los mejores medios para mantenerse saludable y ser longevo. El Tai Chi es un arte de desarrollo gradual del cuerpo-mente a través del cual uno puede mejorar su energía física y mental y aumentar su bienestar. A través de la búsqueda de la armonía de los opuestos, el equilibrio entre las fuerzas positivas y negativas (Yin / Yang) y el contacto con la energía en la base del universo, Chi, el practicante desarrolla y aumenta su energía interna. No se sabe exactamente cuándo y por quién fue inventado. Cuenta la leyenda que, alrededor de 1200, el monje Chang San Feng, observando una pelea entre una serpiente y una grulla, notó cómo los movimientos lentos y flexibles de la serpiente lograban esquivar los golpes secos y precisos del pico de la grulla. Chang concluyó que el reptil prevaleció porque era más suelto y más concentrado que el oponente. Sobre estos principios desarrolló la nueva disciplina. El espíritu auténtico del Tai Chi es, de hecho, la unión entre el cuerpo y la mente: los movimientos suaves del cuerpo son guiados por la concentración en la energía interior (Chi). Desde este punto de vista, el Tai Chi es complementario a otra disciplina, ahora bien conocida por nosotros, Chi Kung, que significa “capacidad de dirigir y hacer circular la energía interna (Chi)”. Su estructura es tal que aquellos que observan la práctica del Tai Chi sólo pueden captar su forma superficial, fallando en captar los aspectos profundos del trabajo sobre el cuerpo, la respiración y la mente. Estas etapas no son separables porque se reflejan entre sí: el cuerpo se relaja, la respiración ralentiza su ritmo y se vuelve más profunda, la mente se vacía de pensamientos, ansiedades, preocupaciones. Este estado se convierte en una meditación en movimiento y alguien ha llamado a esta práctica “yoga chino”. Incluso el nombre Tai Chi Chuan, o “boxeo de la polaridad extrema/suprema” se refiere a estas concepciones filosóficas y se define en este sentido como un arte marcial interno. Hay numerosos beneficios para la salud que ya se encuentran después de unos meses de práctica: mejora del tono muscular y la elasticidad, aumento del sentido del equilibrio, disminución de la cervicalgia y otros trastornos de la columna vertebral. La respiración tranquila y profunda mejora entonces la eficiencia del sistema inmunológico y del sistema cardio-respiratorio, relajando la mente y favoreciendo la disminución de la ansiedad, el nerviosismo y el insomnio. El Tai Chi interpretado a la luz de los últimos descubrimientos de la ciencia occidental actúa sobre la estructura cerebral. El cerebro se divide en tres partes: el neocórtex, el cerebro de los mamíferos y el cerebro reptiliano. El neocórtex, o cerebro humano, ya que fue la última parte del cerebro en desarrollarse, se divide en dos mitades: a la izquierda el asiento del hemisferio de la lógica, el razonamiento racional y el lenguaje y la derecha, sede de la creatividad, la intuición. La armonización que la práctica holística (1) del Tai Chi aporta al cerebro está documentada por la psiconeuroendocrinoinmunología. PNEI es la nueva ciencia que cuenta cómo la mente y el cuerpo se comunican y regulan el equilibrio de nuestro cuerpo y nuestro bienestar a través de un diálogo hormonal basado en neuropéptidos, citoquinas y otras sustancias activas, influyendo poderosamente en la actividad del sistema inmunológico. Técnica marcial, disciplina de bienestar, meditación en movimiento, disciplina evolutiva, Tai Chi está logrando un gran éxito en todo el mundo. Cientos de estudios se han llevado a cabo en las últimas décadas. Una, muy reciente, publicada en la revista “American Journal of Health Promotion”, realizada por investigadores de Arizona, confirma cómo la práctica del Tai Chi es beneficiosa para la salud del cuerpo y ofrece beneficios psicológicos al mejorar la calidad de vida en general. El estudio sobre la efectividad del Tai Chi en personas con artritis reumatoide mostró que su práctica tiene un beneficio significativo para los movimientos de piernas y caderas. (cit.2) Los neurólogos y rehabilitadores israelíes han experimentado los efectos del Tai Chi en los pacientes con accidente cerebrovascular, registrando una marcada mejora en los practicantes en la recuperación de las funciones generales y las relaciones sociales. (cit.2) Los médicos de la Universidad de Harvard han agregado a la terapia farmacológica la práctica del Tai Chi en personas con problemas cardíacos graves, como insuficiencia cardíaca crónica. El grupo de Tai Chi registró una marcada mejoría en la calidad de vida, medida con una escala especial, y también en la capacidad de moverse sin disnea. Estudios previos han demostrado, sin embargo, un efecto positivo del Tai Chi sobre la capacidad respiratoria y cardiovascular. (cit.2) Un grupo de oncólogos de la Universidad de Rochester, en el estado de Nueva York, utilizó el Tai Chi como apoyo psicológico para mujeres que se habían sometido al tratamiento estándar para el cáncer de mama, registrando una mejora en la calidad de vida y la autoestima claramente superior al grupo que había recibido solo apoyo psicológico. (cit.2) Finalmente, los estudios controlados en adultos mayores han documentado una marcada mejora en la calidad y cantidad de sueño y un aumento significativo en la flexibilidad y el equilibrio, documentado por una disminución en las caídas. (cit.2) Concluyendo con una frase del maestro Yang Cheng Fu: “El que puede unir el exterior con el interior también puede darse cuenta de la unidad integral de su ser”. Glosario:Holismo: posición filosófica según la cual la naturaleza, el comportamiento y las propiedades de un sistema no pueden reducirse
Shiatsu: entre el cuerpo y la mente por Liliana Atz
Si no esperas lo inesperado, nunca sabrás la verdad. (Heráclito)El Shiatsu, una técnica manual japonesa, basada en las presiones ejercidas sobre los meridianos de energía y / o puntos de acupuntura, con los pulgares, las palmas, los codos y, en algunos estilos con los nudillos, las rodillas y los pies, pertenece a la tradición de las disciplinas médico-filosóficas orientales. Aunque se cree que deriva de la acupuntura, es probable que incluso sea anterior a esta última. En Japón, las antiguas técnicas chinas, de las que deriva el Shiatsu, fueron asimiladas y adaptadas al contexto cultural local. Los japoneses se dedicaron a la medicina china con una actitud artística; Refinando su vigor creativo, llevaron las técnicas al máximo refinamiento formal. La capacidad de reducir, analizar y refinar, de hecho, es prerrogativa del enfoque japonés, así como el ímpetu creativo es típico del chino. La historia reciente del Shiatsu está ligada al nombre de Shizuto Masunaga, profesor de psicología en la Universidad de Tokio, cuyo sincero interés por la Medicina Tradicional China lo llevó a estudiar antiguas escrituras originales. Masunaga se graduó de la Escuela Namikoshi, donde enseñó durante varios años. Aquí comenzó a integrar la psicología con la práctica ortodoxa de Shiatsu, el estudio de textos antiguos y la interpretación occidental moderna de la fisiología. En los últimos treinta años muchos representantes de diversas corrientes Shiatsu han comenzado a enseñar, cada uno según su propia orientación, creando un gran fermento en el sector, especialmente en Occidente. La Medicina Tradicional China (MTC) es una antigua disciplina de investigación de la salud y la armonía a través del reequilibrio energético del cuerpo-mente. Es una medicina de los Puffs (energía, Qi), el arte de restaurar el equilibrio funcional de los intercambios entre los diferentes Qi. El objeto de esta medicina energética es la regulación de la energía constitutiva y animadora del hombre, dentro de las Respiraciones constitutivas y animadoras del universo. Lo que ha llegado hasta nosotros es el resultado de la integración y sistematización, en el curso de su evolución, de las diferentes filosofías con las que ha entrado en contacto, especialmente el confucianismo y el taoísmo. Esta tradición considera el universo como un campo de energía, el resultado de la interacción perfecta de los dos principios cósmicos fundamentales: Yin / Yang. Hay una visión holística, analógica, del ser humano, según la cual la salud y el bienestar son la consecuencia del equilibrio psicológico y energético fisiológico y espiritual del individuo. La observación y catalogación de correspondencias ha llevado, a lo largo de los milenios, a plantear la hipótesis de un conocimiento exhaustivo de la realidad, donde lo que sucede en el macrocosmos sucede en pequeño -por analogía- en el microcosmos humano. A través de la comprensión del cosmos, el universo y la naturaleza se llega, para el taoísmo, a la comprensión de uno mismo, al propio crecimiento individual. No hay dicotomía entre bien / mal, correcto / incorrecto. Los opuestos se convierten en aspectos equivalentes de la misma realidad/fenómeno, que los incluye dentro de ella. La concentración de la atención debe dirigirse hacia la observación de la naturaleza y sus manifestaciones, lo que es lo único que permite reconocer las características del Tao. Y es precisamente la naturaleza la que sugiere la idea del Yin/Yang, las polaridades constitutivas del símbolo del Tao, que representa el concepto más importante y característico del taoísmo. La observación de la alternancia cíclica del día y la noche está simbólicamente relacionada con el lado sombreado y soleado de una colina, una realidad única que lleva sombra y luz, los opuestos universalmente unidos, que eternamente se persiguen y se alternan entre sí. Cualquier síntoma físico o psíquico no representa, por lo tanto, el signo de una afección localizada, sino que es el indicador de un desequilibrio del organismo en su totalidad. La MTC no sigue la tendencia moderna de desmembrar componentes individuales en busca de lo cada vez más pequeño, perdiendo de vista el propósito, la unidad, es decir, el hombre y su equilibrio psicofísico. Insertado en el macrocosmos, el hombre también es alimentado por el mismo flujo de energía vital, el Qi (Respiraciones), que fluye dentro del cuerpo a lo largo de la red de meridianos, los canales invisibles que constituyen el sistema de conexión entre los órganos y las funciones vitales. Qi es un tipo de fluido enrarecido que puede condensarse para formar una sustancia; es el producto de la interacción Yin/Yang y forma la base del mundo de los fenómenos. En el cuerpo humano es el principio que mueve, calienta y protege contra las influencias externas. A nivel psicológico, su flujo libre nos permite cambiar de estado, alternar diferentes emociones, pasando del trabajo al placer, de la actividad al descanso. Para la MTC, la salud y el bienestar físico son, por lo tanto, la consecuencia natural de la circulación armoniosa del Qi, mientras que sus desequilibrios favorecen la aparición de enfermedades. Sobre estos fundamentos filosóficos se injertaron los estudios japoneses que refinaron las técnicas originales importadas de China, creando un estilo autónomo, que se llama incorrectamente “masaje”. El Shiatsu, de hecho, se ha caracterizado desde su nacimiento, por la naturaleza estática de la presión realizada, que entra perpendicularmente a la superficie del cuerpo. Las presiones entran profundamente sin resbalar sobre la piel y producen un estímulo al que el cuerpo de la persona responde, recuperando y manifestando “desde las profundidades” sus recursos vitales. Esto se traduce en una renovada sensación de bienestar psicofísico. Esto es posible porque nuestra piel, que tiene el mismo origen embriológico que el sistema nervioso, es capaz de recibir estímulos del entorno externo, hacer que se comuniquen con el interior, tamizar y filtrar los mensajes recibidos, transmitirlos a través de la red de meridianos y el sistema nervioso aferente y facilitar la reconstrucción del equilibrio de la energía vital, Qi, que “estimula” todo el supersistema inmune psico-neuro-endocrino. El diagnóstico, típicamente oriental, permite extraer información sobre el estado de energía del cuerpo humano a través de la observación del cuerpo, los
Astro – Eneatipos: zodiaco y eneagrama por Liliana Atz
La astrología occidental tiene sus raíces en la antigua astrología egipcia y caldea (siglo VIII aC) y, hasta muchos siglos después del nacimiento de Cristo, no se distinguió sustancialmente de la astronomía. Era la clase sacerdotal que en Mesopotamia observaba la bóveda celeste y registraba puntualmente cada evento astronómico. Durante mucho tiempo, la astrología y la astronomía estuvieron estrechamente vinculadas, pero desde la introducción del método científico cartesiano sus caminos se han separado lentamente. Con Alejandro Magno y sus conquistas, las tradiciones egipcia y caldea, muy evolucionadas, entraron en contacto con la cultura griega. Y fueron los egipcios primero, y los griegos después, quienes iniciaron un proceso asociativo entre cuerpos celestes y divinidades, conformando a sus tradiciones los nombres de las constelaciones y planetas, que fue absorbido por los círculos filosóficos, espirituales y esotéricos de esas culturas. La astrología puede considerarse una “disciplina fronteriza”, de hecho sus principios fundamentales se basan en elementos astronómicos y trigonométricos y nociones accesibles a cualquier persona, mientras que la asociación con estos elementos y nociones de significados simbólicos presupone “la capacidad de percibir, reconocer e interpretar el espíritu interior oculto en los propios símbolos”. La astrología ha sido un importante mapa de lectura del psiquismo humano. Los arquetipos psíquicos representados por los planetas mitológicos conocidos en la antigüedad hablan de la evolución humana, de lo que en las diversas fases históricas el hombre se inclinaba a creer, de lo que estaba grabado en su ADN y, por lo tanto, colectivamente podía aceptar y hacer “verdadero”. El límite del conocimiento humano se reflejaba y extendía, ahora como entonces, a los límites del universo, representados por los límites del zodíaco y sus planetas: Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, ya que el cinturón zodiacal simbolizaba el espacio que Dios había delimitado para crear el mundo. Sólo en tiempos relativamente recientes se han añadido estos cuerpos celestes al “descubrimiento” de los llamados “planetas transpersonales”: Urano (1781), Neptuno (1846) y Plutón (1930). Por lo tanto, la historia evolutiva colectiva ha abierto posibilidades para “ver” más allá del mundo hasta ahora conocido, más allá de nuestros “pilares de Hércules”, para superar los límites del dualismo cartesiano. El Eneagrama es un símbolo de representación de toda la realidad, un modelo dinámico que sintetiza el Universo tanto a nivel macrocósmico como a nivel microcósmico. Tiene en común con la Astrología la reanudación esquemática de la naturaleza humana en un número limitado de tipos de caracteres. La astrología describe doce tipos de hombre, mientras que el Eneagrama habla de nueve tipos: los siete planetas conocidos en la antigüedad más los dos nodos lunares Norte y Sur. Cada tipo puede asociarse con un planeta o un punto astronómico. Los tipos uno evitan la ira. El Uno apunta al perfeccionismo y su vicio capital es el IRA. El Uno corresponde al planeta Marte. Originalmente el dios de la agricultura, Marte es el equivalente del griego Ares, dios de la guerra: los soldados romanos le rindieron homenaje antes de ir a la batalla. En astrología representa el lado masculino del personaje. Dotado de una fuerte carga sexual, Marte puede hacer que un individuo sea tan agresivo como resuelto, tan duro y grosero como positivo y lleno de energía. El tipo dos evita reconocer sus propias necesidades. Los Dos evitan preguntar y están continuamente tentados a ayudar a otros huyendo de sí mismos. Su vicio capital es el ORGULLO y el planeta al que pertenece es el Sol. Se cree que la adoración al sol se originó en Asia, pero casi todas las civilizaciones conocidas han tenido una deidad solar. En Occidente el más importante fue Apolo. El Sol, que de hecho es una estrella y no un planeta, representa la generosidad del corazón, el afecto y la magnanimidad, la creatividad y la alegría; pero el Sol, con aspectos negativos, puede alimentar la autoestima hasta el punto de convertirla en pomposidad. El tipo tres evita el fracaso. Los Tres son grandes manipuladores: logran hacer felices a los demás para poder activarse por ellos. Su vicio capital es MENTIR y el punto astronómico conectado a ellos es Caput Draconis, (la cabeza del dragón), uno de los dos nodos lunares. Los tipos cuatro temen lo ordinario. Los Cuatro están perpetuamente tristes, desconsolados y necesitan atención como ningún otro de los tipos de eneagrama. Su vicio capital es la ENVIDIA y Mercurio es el planeta que los representa. Mercurio es el equivalente romano de Hermes, el mensajero de los dioses. Es el intelectual por excelencia, intuitivo, racional, versátil y polémico, pero también un excelente medio de comunicación. Este planeta estimula la mente, lo que puede hacer que el individuo sea envidioso, crítico y argumentativo. Los tipos cinco son tentados por el CONOCIMIENTO. No piden y no dan. Su vicio capital es GREED y el planeta que los perfila es Saturno. En la antigüedad Saturno marcó el límite del sistema solar conocido, por esta razón se asocia simbólicamente con la limitación pero también con la perseverancia; Su influencia puede hacer que uno sea práctico y atento, o egoísta y de mente estrecha. El eneatipo Seis evita el COMPORTAMIENTO INCORRECTO. Da su lealtad a cambio de seguridad. Su vicio capital es el MIEDO y el punto astronómico que le corresponde es la Cauda Draconis (la cola del dragón) el nodo lunar sur. Los tipos siete evitan el DOLOR. Aman el placer y la diversión y evitan el dolor que tienden a “transferir”. Su vicio capital es INTEMPERANCIA y el planeta que los describe es Júpiter, el equivalente al griego Zeus, el padre de los dioses que desde lo alto del Olimpo lanzaba rayos de ira. Este planeta gobierna el aprendizaje, la filosofía y los idiomas; Su influencia puede estimular el optimismo, la lealtad y la justicia, pero puede hacerte iluso, extravagante, vanidoso y conducir a una autoindulgencia excesiva. Negativo Ocho tipos esquivan la DEBILIDAD. Tienden a imponer su voluntad a los demás incluso mediante el uso de la fuerza. Su vicio capital es LUST y el planeta asociado
Astrología y Eneagrama por Liliana Atz
¿QUÉ ES UN SÍMBOLO? En la antigua Grecia el Símbolo (Symbolon), representaba el signo de reconocimiento y control obtenido al romper un objeto en dos, de esta manera el dueño de una de las dos partes podía ser reconocido por la otra demostrando cómo coincidían. Esta antigua tradición se expandió con el tiempo para incluir la idea del Símbolo como una representación de una realidad insensible, una realidad mágica que aludía a algo misterioso, pero real al mismo tiempo. El valor mágico del símbolo se mantuvo vivo a lo largo de la Edad Media, el Renacimiento y más allá. La realidad objetiva del Símbolo sigue siendo su enorme poder expresivo, la capacidad de revelar estructuras y personajes inaccesibles que forman parte de mundos desconocidos para nosotros pero reales, incluso si no son evidentes en la experiencia inmediata. Los Símbolos han sido expresiones de civilizaciones, materializaciones de lo divino y lo trascendente, la fuerza motriz de la Tradición, signos visibles de la cosmogonía divina. El simbolismo es la forma más adecuada y utilizable para que el hombre transmita enseñanzas y pensamientos, de la manera más natural. Todo esto es fácilmente comprensible si piensas que el lenguaje en sí, después de todo, es simbolismo. Cualquier expresión humana es en realidad un símbolo de pensamiento que se traduce hacia afuera; la única diferencia permanece en el hecho de que el lenguaje es analítico y discursivo, mientras que el simbolismo es esencialmente intuitivo. En el mundo antiguo cada ciencia humana era parte de un todo en unidad con lo Divino. La mitología de las cosmogonías occidentales y orientales habla de deidades antropomorfizadas en estrecha conexión con el mundo humano. El mundo simbólico de la mitología constituye una representación unitaria y significativa de la realidad en la que vivían los pueblos antiguos. A través de los cuentos mitológicos somos capaces de entender el pensamiento de las civilizaciones antiguas, su forma de entender la sociedad, sus miedos, sus necesidades. Los eventos de los dioses se mezclan con los de los seres humanos. Es difícil entender la mitología sin entender el mundo en el que vivía el hombre. Los dioses paganos encarnan los principios que regulan el mundo, pelean y coquetean, están sujetos a pasiones y remordimientos, pero sobre todo reflejan un mundo todavía muy ligado a la naturaleza, y que siente la necesidad de un equilibrio entre los elementos naturales que no pueden ser alterados. Y luego vino Descartes (Renè Descartes 1596-1650), el padre del pensamiento científico occidental, quien con su “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”) condujo a la bipartición de la realidad en el llamado “dualismo cartesiano”, que ha influido extraordinariamente en la filosofía occidental. Partiendo del principio de que el pensamiento puede probar independientemente su existencia, Descartes concluyó que la característica esencial del sujeto era el pensamiento. Continuó reflexionando deduciendo la existencia de Dios y argumentando que había creado dos sustancias: la sustancia pensante (res cogitans), cuya característica esencial es el pensamiento, y la sustancia extendida (res extensa), cuya característica esencial es ocupar una cierta extensión física; Mientras que la sustancia pensante se ajusta a las leyes del pensamiento, la sustancia extendida se ajusta a las leyes mecánicas de la física. Descartes elaboró complejos modelos mecanicistas para la explicación de numerosos fenómenos físicos, que tenían la virtud de reemplazar las especulaciones filosóficas de la antigüedad. A partir de este supuesto, sólo lo que puede ser científicamente probado “es verdad” y el hombre se ha dividido en dos partes, donde el predominio de la materia sobre los aspectos más emocionales, psíquicos, no científicamente demostrables, la hace fragmentada e incompleta. ASTROLOGÍA:La astrología iniciática, lejos de la mercantilización que la astrología ha asumido en nuestros días, interpreta los doce signos del zodíaco como etapas de la creación del mundo conocido tanto a nivel del universo macrocosmos como del microcosmos del hombre. La propia posición de los doce signos en el símbolo del infinito, representado por el círculo, es indicativo del mensaje que esta antigua ciencia quiere transmitir a los ojos de aquellos que saben mirar y cualquiera que cruce la puerta que conduce del “Cielo Frontal” a nuestro “Cielo Trasero” está vinculado a los imperativos del espacio-tiempo del Cielo y la Tierra, que juntos dan vida al Hombre. Activos, pasivos, masculinos y femeninos. Sobre la base de estos principios, la formación del hombre tuvo lugar paralelamente a la del zodíaco. De arriba a abajo las energías se condensan, mientras que sucede lo contrario si desde abajo se expanden hacia arriba. La alternancia regular en el cielo, con movimiento expansivo, de los signos del zodiaco a partir de Aries, seguido de Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario y Capricornio, Acuario y finalmente Piscis, contrasta con el movimiento opuesto de los planetas: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno. La unión del Cielo y la Tierra genera al Hombre. Tres, en todas las cosmogonías, representa el aspecto transformador, el fruto, de la unión de un aspecto activo con un aspecto pasivo. En nuestra cultura hablamos de Padre, Hijo y Espíritu Santo, los Taosts hablan de tres Dantians, los hindúes de Shiva, Vishnu y Brahma, los cabalistas en el Árbol de la Vida de tres Pilares y tres Tríadas, etc… En el hombre encontramos un cuerpo físico, un cuerpo emocional y un cuerpo intelectual que se interpenetran y que sólo interactuando armoniosamente entre sí le permiten acceder a otros niveles de conciencia. Estos tres centros de energía rodean su cuerpo en un sistema de conchas vibratorias llamadas auras. Tendremos, por tanto, un aura física, con su doble etérico, un aura emocional y un aura intelectual siempre acompañada de su doble, o, en otras palabras, el aspecto activo y pasivo, el masculino y el femenino, el + y el -. Estas tres primeras auras, a su vez, tienen una contraparte en un nivel más evolucionado llamada aura átmica, (contraparte del aspecto físico), celestial o búdica (contraparte del cuerpo astral) y aura causal (contraparte del cuerpo mental). Dado que la vida en la Tierra está vinculada a cuatro elementos
Simbolismos en comparación – Tai Chi Chuan y Eneagrama: “movimiento de emociones” por Liliana Atz
El simbolismo es la forma más adecuada y utilizable para que el hombre transmita enseñanzas y pensamientos, de la manera más natural. Todo esto es fácilmente comprensible si uno piensa que el lenguaje en sí mismo, después de todo, es simbolismo. Cualquier expresión humana es un símbolo de pensamiento que se traduce hacia afuera; La única diferencia permanece en el hecho de que el lenguaje es analítico y discursivo, mientras que el simbolismo es esencialmente intuitivo. El lenguaje corporal simbólico que se manifiesta en los movimientos precisos del Tai Chi Chuan, conocido como arte marcial y por los indudables beneficios que aporta a la salud del practicante, esconde otros mensajes que vinculan la cultura oriental con los descubrimientos más recientes de la ciencia occidental, la psicología y un antiguo símbolo de orígenes inciertos: el Eneagrama. Veamos cómo. Cuando la energía no manifestada, o Wuji, comienza a moverse, da lugar a la primera polarización Yin (femenina) – Yang (masculina) de la que se origina el Chi o energía. El Chi, como todo lo que existe en el universo, es la manifestación del movimiento cíclico del Tao (1), el Camino, cuyo símbolo es ahora bien conocido. Estos son los principios detrás de la disciplina del Tai Chi Chuan. Todo el universo, visible o invisible, está dado por la interacción entre el Yin-Yang. Tai Chi Chuan, la antigua disciplina psicofísica china, tiene sus raíces históricas en los principios de la Medicina Tradicional China, que prescribía ejercicios de respiración, masajes corporales, ejercicios de manos y pies incluso antes del año 1000 aC. Los taoístas introdujeron el Chi Kung, una serie de ejercicios psicofísicos y respiratorios, para el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento de enfermedades.La gimnasia energética, que fue constantemente estudiada, expandida e integrada con los antiguos estilos de Kung-fu, dio a luz al Tai Chi Chuan. Pero esta definición de Tai Chi es sólo uno de los aspectos que lo caracterizan, ya que un cuerpo en equilibrio es sólo la consecuencia lógica de una circulación energética armoniosa. El hombre, como hijo del Cielo y la Tierra, está sano sólo cuando logra mantener la armonía entre los Alientos ascendentes de la Tierra (Yin) y los Golpes descendentes del Cielo (Yang). El Eneagrama, cuyo origen se pierde en las brumas del tiempo, es un antiguo símbolo que solo a principios de 1900 llegó a Europa gracias a Georges Ivanovic Gurdijeff. Transmitido oralmente y en gran secreto de maestro a alumno en Oriente Medio, probablemente dentro de las hermandades sufíes(2), consiste en un círculo dividido en nueve partes o nueve aspectos de la personalidad: sólo el autoconocimiento puede conducir a la unión con lo divino. El Eneagrama encarna los principios de dos leyes universales: la ley del Tres y la ley del Siete. La primera ley establece que cada fenómeno resulta del encuentro de tres fuerzas diferentes: fuerza activa o positiva y fuerza pasiva o negativa. El encuentro de estas dos polaridades da vida a los Tres, al hijo, a la fuerza Neutralizadora. Las tres fuerzas son observables fuera y dentro de nosotros, pero no es nada fácil reconocerlas, especialmente la tercera fuerza. Hay analogías indudables con otras tradiciones: la Trinidad cristiana del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; la Sal, el Azufre y el Mercurio de la Alquimia; los Tres Triángulos de la Cábala; etc.. La ley de siete, por otro lado, proporciona la metodología del movimiento de una fuerza en el proceso de cualquier fenómeno. El desarrollo de la frecuencia de vibraciones, ascendente o descendente de la fuerza, pasa por siete grados, fases o “notas” dispuestas a lo largo de una escala armónica, con dos puntos de bloqueo. En el universo todo es vibración, pero en cada escala de transmisión de estas siempre hay dos puntos donde las vibraciones se ralentizan y requieren un empuje externo para continuar en la misma dirección. De lo contrario, el camino se descarrila y cambia de trayectoria. Los puntos en el círculo exterior del Eneagrama son seis y corresponden a tipos de personalidad que se pueden conectar a las antiguas deidades latinas griegas. En el centro del círculo, está el séptimo punto. El triángulo interno, correspondiente a los puntos tres, seis y nueve, simboliza “otros” aspectos de la conciencia. Desde principios de los años 70 y 900, el Eneagrama también es estudiado y utilizado como herramienta para la investigación psicológica, según la reinterpretación de Oscar Ichazo y su alumno Claudio Naranjio.La interpretación de la realidad deformada desde la infancia por el aspecto subjetivo detrás del cual todos aprenden a enmascarar su individualidad, de hecho, lleva al hombre al conflicto y a la enfermedad. El hombre está interiormente fuera de equilibrio porque no posee un solo yo, sino muchos aspectos que contrastan entre sí, que se intercambian de momento en momento. Para John Bowlby, padre de la Teoría del Apego, los Modelos Operativos Internos (MOIs) se forman en el niño, es decir, modelos de relación del yo y del yo con el otro. Estas son representaciones mentales construidas por el individuo, que contienen esquemas, representaciones del mundo, que le permiten hacer predicciones y crear expectativas en sus relaciones con el otro. Con el tiempo, los MOI se automatizan, hasta que operan al nivel del inconsciente, es decir, hasta que se convierten en características tendenciales de la personalidad del individuo. Para Bowlby, existen múltiples modelos operativos internos para cada uno de los principales sistemas motivacionales. El movimiento como base de la vida.Pero, ¿qué conecta el Tai Chi con el Eneagrama? En el libro del maestro Flavio Daniele “Tao Science and the Art of Fighting” el profesor Carlo Ventura afirma: “No hay ningún fenómeno biológico importante que no sea causado por el movimiento. … Surgió que no hay ningún cambio en la actividad génica que nose produce sin movimientos del ADN, deformaciones y vibraciones del núcleo y de ese complejo de microfilamentos y microtúbulos que llamamos citoesqueleto. Los movimientos preceden a los mismos cambios en la función en los diversos niveles celulares. La aplicación de una
Tai Chi: Vitalidad en Movimiento por Liliana Atz
Tai Chi Chi Kung es una antigua disciplina psicofísica china que se basa en los principios de la filosofía taoísta. Esta tradición considera el universo como un campo de energía, el resultado de la interacción perfecta de los dos principios cósmicos fundamentales Yin / Yang, que constituyen el símbolo del Tao y representan el concepto más importante y característico del taoísmo. A través de la comprensión del cosmos, el universo y la naturaleza se llega, para el taoísmo, a la comprensión de uno mismo, al propio crecimiento individual. Esta tradición considera el universo como un campo de energía; Existe una visión holística, analógica, del ser humano, según la cual la salud y el bienestar son consecuencia del equilibrio psicológico, energético, fisiológico y espiritual del hombre. La observación de la naturaleza y sus fenómenos, a lo largo de los milenios, plantea la hipótesis de una realidad en la que lo que sucede en el Macrocosmos sucede pequeño, por analogía, en el Microcosmos del hombre. La observación de la alternancia cíclica del día y la noche se relaciona simbólicamente con el lado sombreado y soleado de una colina. Es una realidad única que lleva sombra y luz, en su alternancia persiguiendo e inmutable en el espacio y el tiempo. Aquí se manifiesta la originalidad del pensamiento taoísta, la oposición está ahí, como enseña la naturaleza, pero es relativa. La oscuridad existe sólo cuando se compara con la luz y cada realidad nunca es absoluta. La forma es generada por lo sin forma, así como la forma conducirá a la sin forma. Este “sin forma”, esta potencialidad en el devenir está indicada por el término Tao, literalmente “el Camino”, la matriz del universo. De la nada surge algo que se llama “WuChi”, el “no-polo”, el embrión de una existencia aún indiferenciada cuyo símbolo es un círculo vacío, un círculo que se llena con el símbolo del “Tai Chi”, el “gran polo”. El Tai Chi es la diferenciación presente en potencia, pero aún no realizada. Sigue siendo unidad, pero contiene en sí misma el potencial de un nuevo nacimiento. El símbolo, con su fusión de la parte negra en la parte blanca y la parte blanca en la parte negra, todas inscritas dentro de un círculo, comunica la idea de la fusión íntima de los dos aspectos que juntos constituyen la totalidad de la vida. El Tao gira configurando la transformación perpetua e inevitable del Todo. El Chi (energía), un producto de la interacción Yin/Yang, forma la base del mundo de los fenómenos.En el cuerpo humano es ese principio el que mueve, calienta y protege contra las influencias externas. La salud y el bienestar psico/físico son la consecuencia natural de la circulación armoniosa del Chi dentro de la red de meridianos (canales energéticos del cuerpo dentro de los cuales fluye la energía) mientras que sus desequilibrios favorecen la aparición de enfermedades. En el plano físico, de hecho, los movimientos redondos, lentos y elegantes permiten fortalecer el sistema musculoesquelético, aflojar las articulaciones, favorecer la apertura del cuerpo y sus órganos internos. Trabajar sobre el cuerpo disuelve las somatizaciones a nivel psíquico: con un proceso inverso y complementario respecto al occidental trabajamos la mente para hacer que el cuerpo se sienta bien. Además de los doce meridianos orgánicos y Zang-Fu, la medicina china cita los “Ocho Vasos Curiosos” o Canales Extraordinarios como aspectos sobre los que influye el Tai Chi Kung. La activación de estos canales por un lado permite reducir la tasa de consumo de la vitalidad individual, mejorando el potencial de vida y salud y favoreciendo, por otro lado, la apertura de centros psíquicos y espirituales, que están estrechamente vinculados a estas estructuras. Se cree que los Ocho Vasos Curiosos se desarrollan en el período prenatal, incluso antes de la formación de los meridianos. Son, según Mark Seem, canales de energía fundamentales, estrechamente relacionados con el código genético y los determinantes en la manifestación de nuestro terreno constitucional. (2) Bottalo afirma que estos canales “son la base de la creación y la recreación continua que es la vida, para recordar al individuo que debe renacer constante y continuamente”. (3) El Tai Chi Kung es entonces el meritorio trabajo realizado sobre el Chi (energía vital, respiración, respiración…) es el arte de cultivar el Chi, aumentarlo y fortalecerlo a través de técnicas externas e internas: respiración, postura, movimiento, concentración mental y meditación. Cada uno de estos elementos es parte y forma del otro, que puede influir y modificar. Los ejercicios practicados proporcionan una guía sabia de la fuerza vital que puede ser dirigida a cada célula del cuerpo favoreciendo el desarrollo de la conciencia sutil y poderosa del Chi. Bibliografía:– Fondamenti di Medicina Tradizionale Cinese – F. Bottalo, Rosa Brotzu – Ed Xenia;– Jin Shin Do – I.M. Teeguarden – Ed. Mediterranee; (2– Manuale di Qi Shu – F. Bottalo – Ed. Xenia; (3)