Tai Chi: Vitalidad en Movimiento por Liliana Atz

Tai Chi Chi Kung es una antigua disciplina psicofísica china que se basa en los principios de la filosofía taoísta. Esta tradición considera el universo como un campo de energía, el resultado de la interacción perfecta de los dos principios cósmicos fundamentales Yin / Yang, que constituyen el símbolo del Tao y representan el concepto más importante y característico del taoísmo. A través de la comprensión del cosmos, el universo y la naturaleza se llega, para el taoísmo, a la comprensión de uno mismo, al propio crecimiento individual.

Esta tradición considera el universo como un campo de energía; Existe una visión holística, analógica, del ser humano, según la cual la salud y el bienestar son consecuencia del equilibrio psicológico, energético, fisiológico y espiritual del hombre. La observación de la naturaleza y sus fenómenos, a lo largo de los milenios, plantea la hipótesis de una realidad en la que lo que sucede en el Macrocosmos sucede pequeño, por analogía, en el Microcosmos del hombre. La observación de la alternancia cíclica del día y la noche se relaciona simbólicamente con el lado sombreado y soleado de una colina. Es una realidad única que lleva sombra y luz, en su alternancia persiguiendo e inmutable en el espacio y el tiempo.

Aquí se manifiesta la originalidad del pensamiento taoísta, la oposición está ahí, como enseña la naturaleza, pero es relativa. La oscuridad existe sólo cuando se compara con la luz y cada realidad nunca es absoluta. La forma es generada por lo sin forma, así como la forma conducirá a la sin forma. Este “sin forma”, esta potencialidad en el devenir está indicada por el término Tao, literalmente “el Camino”, la matriz del universo. De la nada surge algo que se llama “WuChi”, el “no-polo”, el embrión de una existencia aún indiferenciada cuyo símbolo es un círculo vacío, un círculo que se llena con el símbolo del “Tai Chi”, el “gran polo”.

El Tai Chi es la diferenciación presente en potencia, pero aún no realizada. Sigue siendo unidad, pero contiene en sí misma el potencial de un nuevo nacimiento. El símbolo, con su fusión de la parte negra en la parte blanca y la parte blanca en la parte negra, todas inscritas dentro de un círculo, comunica la idea de la fusión íntima de los dos aspectos que juntos constituyen la totalidad de la vida. El Tao gira configurando la transformación perpetua e inevitable del Todo. El Chi (energía), un producto de la interacción Yin/Yang, forma la base del mundo de los fenómenos.En el cuerpo humano es ese principio el que mueve, calienta y protege contra las influencias externas. La salud y el bienestar psico/físico son la consecuencia natural de la circulación armoniosa del Chi dentro de la red de meridianos (canales energéticos del cuerpo dentro de los cuales fluye la energía) mientras que sus desequilibrios favorecen la aparición de enfermedades. En el plano físico, de hecho, los movimientos redondos, lentos y elegantes permiten fortalecer el sistema musculoesquelético, aflojar las articulaciones, favorecer la apertura del cuerpo y sus órganos internos. Trabajar sobre el cuerpo disuelve las somatizaciones a nivel psíquico: con un proceso inverso y complementario respecto al occidental trabajamos la mente para hacer que el cuerpo se sienta bien.

Además de los doce meridianos orgánicos y Zang-Fu, la medicina china cita los “Ocho Vasos Curiosos” o Canales Extraordinarios como aspectos sobre los que influye el Tai Chi Kung. La activación de estos canales por un lado permite reducir la tasa de consumo de la vitalidad individual, mejorando el potencial de vida y salud y favoreciendo, por otro lado, la apertura de centros psíquicos y espirituales, que están estrechamente vinculados a estas estructuras. Se cree que los Ocho Vasos Curiosos se desarrollan en el período prenatal, incluso antes de la formación de los meridianos. Son, según Mark Seem, canales de energía fundamentales, estrechamente relacionados con el código genético y los determinantes en la manifestación de nuestro terreno constitucional. (2)

Bottalo afirma que estos canales “son la base de la creación y la recreación continua que es la vida, para recordar al individuo que debe renacer constante y continuamente”. (3) El Tai Chi Kung es entonces el meritorio trabajo realizado sobre el Chi (energía vital, respiración, respiración…) es el arte de cultivar el Chi, aumentarlo y fortalecerlo a través de técnicas externas e internas: respiración, postura, movimiento, concentración mental y meditación. Cada uno de estos elementos es parte y forma del otro, que puede influir y modificar. Los ejercicios practicados proporcionan una guía sabia de la fuerza vital que puede ser dirigida a cada célula del cuerpo favoreciendo el desarrollo de la conciencia sutil y poderosa del Chi.

Bibliografía:
– Fondamenti di Medicina Tradizionale Cinese – F. Bottalo, Rosa Brotzu – Ed Xenia;
– Jin Shin Do – I.M. Teeguarden – Ed. Mediterranee; (2
– Manuale di Qi Shu – F. Bottalo – Ed. Xenia; (3)

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